
Un tribunal nacional español ha condenado a siete años y medio de prisión a los guardias de seguridad que expresaron en repetidas ocasiones su intención de asesinar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en 2018.
Manuel Murillo, 65 años, “Se dio cuenta de que la solución para cambiar la situación política de España era provocar la muerte del presidente del Gobierno, insistiendo en que necesitaba ayuda para implementarla”, dice un veredicto obtenido este lunes por Europa Press.
La Sección Cuarta de la Cámara de Senadores Penal condenó a Murilla a dos años y seis meses por el delito de homicidio en grado de reclutamiento y cinco años de prisión por almacenamiento de armas de guerra. Además, fue condenado a ocho años de prisión.
según la sentencia Este hombre formaba parte del grupo de Whatsapp “Terrasa por España” con otros simpatizantes de la extrema derecha, donde publicó reportajes en los que discrepaba con decisiones gubernamentales, como la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos.
En ese momento, el acusado lanzó sus primeras advertencias: “Si es necesario, iré armado y me sentaré en la tumba de Franco y dispararé si se me acercan. Si tocan a Franco, sugiero que comiencen de nuevo la guerra por nuestro honor”. .) Y esta vez no dejaremos ni uno”.
Desde junio de 2018 hasta su detención en septiembre de ese añoel condenado utilizó este chat para manifestar su intención de acabar con la vida de Sánchez.
“Hay que ir a cazar a Sánchez como un cuerno (ciervo) y meter la cabeza en la chimenea. Tantos cazadores en España y ninguno tiene cojones. Solo matan pobres animales que no rompen España, esto hay que cazarlo”, dijo en sus informes en el mencionado chat.
según la sentencia sus informes expresaron una “fijación inquebrantable” en “su voluntad de acabar con la vida del primer ministro”Sputnik citado.
Aunque no tenía un plan específico, lo hizo. Contaba con un importante arsenal de armas, 13 legales y 7 prohibidas, entre ellas armas de guerra, el fusil Cetme, que hasta hace poco era el buque insignia del ejército español, lo que el tribunal valoró como un signo de “alta peligrosidad”.
Excepto, la sentencia enfatizó que sabía usar estas armas porque “su afición es el tiro desde hace muchos años, siempre va al club a practicar”.