
Camino al fondo del cajón de los cubiertos
Si me enterara de tu vida y fuera parte de una policía forense, Tipo CSI, detective privado o simplemente en ruinasEl primer lugar de tu casa que exploraría sería… un cajón de los cubiertos.
Porque tienes cosas en tu cajón de cubiertos que podrían revelar lo que hiciste hace tres vidas.
Ojo: revisaría todos los cajones de la cocina. Simplemente comenzaría con un cajón de cubiertos, porque está más cerca de la “escena del crimen”.
Uno ve bombilla mate en mal estado. Alguien lo dejó allí. Obviamente es inútil, pero no lo tiraron. Si no se tira, debe guardarse. ¿Donde? ¡En un cajón de cubiertos!
Te duele la cabeza. ¿Tomarás aspirina de la ampolla, beberás agua del grifo y el resto de la ampolla, a dónde va? ¡Al cajón de los cubiertos! Y ahí se quedará junto a otro blister que caducó en 2002y junto con otras drogas no identificables para ANMAT, Instituto Gamaleya o fabricantes de caucho de eucalipto.
También hay pastillas a granel en proceso de petrificación, pero… ¿por qué nadie se atreve a tirarlas? Son un recuerdo de una enfermedad superada, tendrán precio en un anticuario, o si experimento de ingenieria social ver quién en la familia es capaz de involucrar a uno?
No creas que solo está pasando en casa. Es un problema universal. El cajón de la cocina tiene trastos por todas partes, incluso en los cajones de los cubiertos cubiertos de lava tras la erupción de Pompeya: así se hacen las gomas, unas elásticas, otras secas como cantimplora de camello, junto con bolígrafos no funcionalespegatinas sin pegamento, una varita que falta y tapones para botellas de vino que te salvarán en caso de que necesites volver a tapar la botella de vino o si tienes ganas de armar Molotov.
En el cajón de los cubiertos se puede reconstruir la historia económica del país. ¿Cómo? Fácil: sobre monedas viejas acumuladas en las esquinas de ese puede ser 25 centavos desde 1967otros 25 pesos de 1977, algunos centavos de dólar que sobraron del viaje de la época del “dame dos” y hasta alguna moneda de circulación actual que se usa comúnmente para abrir botellas de cerveza cuando no se encuentra un destapador.
¿Por qué no hay un abrebotellas en el cajón de los cubiertos? Porque hay varios abridores y sacacorchos, de los cuales SOLO UNO funciona. ¿Quién? es desconocido Y cuando tienes sed, no hay tiempo para probar 27 sacacorchos y usar una moneda.
Incluso se puede deducir el grado de alegría o tristeza que reina en la casa en la que se desmonta el cajón de los cubiertos. Esto se hace comprobando la cantidad y la calidad de las bolas de helado de plástico, así como la cantidad de velas de cumpleaños deterioradas, descoloridas pero… él puede salvarte en una emergencia Olvidé que alguien tiene un cumpleaños número 7.
También puedes encontrar encendedores que no funcionan, magiclick, cuya garantía de 104 años expiró hace 15 años, cajas de fósforos humedecidas, – no solo los fósforos, sino también la caja – pero todo se guarda “por si acaso”. Aunque la pregunta más grande es… ¿por qué se siguen almacenando?
Así se amontonan las cosas cuando el ordenador de la cubertería de plástico no está en el fondo del cajón, sino que se balancea sobre una gruesa capa de folletos con pizzerías derretidas, cucharas torcidas, restos de cuberterías viejas, un mango negro, tal vez un cuchillo, tenedor o cuchara, – no se puede decir – y tenedor con mango azul con cuchara de madera inadecuadafichas de dominó, las pilas se acabarán pronto, y si las revisas bien, hasta la muela del juicio que se ha caído sola y creías tragarla.
También es importante la presencia de llaves que no abren ninguna puerta y de las que ni siquiera se sabe si son de una casa o de otra casa, y no debe faltar el maíz de agarra, ese pequeño maíz de plástico con pinchos, que ha quedado como una rareza. número desde entonces se utilizan más, aunque cada vez que metes la mano en el encaje, te pica.
Y que no os sorprenda la presencia de terrones de azúcar, unas semillas de aceituna, muñecas restantes de comida felizmedias tijeras, cinta adhesiva que o ya no tiene pegamento o no se usa porque es imposible, tan pegada, encontrar el comienzo de la cinta.
Y, sin embargo, el cajón de los cubiertos tiene una característica mágica: cuando necesitas algo, ¡vas al cajón y no está allí! Alguien lo tomó, quizás hace años, pero no está donde pensabas que estaba.
Entonces, cuando quiere sentarse a comer, mete la mano en el cajón y tiene más posibilidades de ser cortado, apuñalado o herido que si encuentra un cuchillo o un tenedor. Es más: si te cortas o te lastimas, probablemente encontrarás una caja de parches y pensarás que es un milagro. Pero esos milagros no existen y lo verás cuando agarres una caja de parches y te des cuenta de que está vacía.
Y ahí es cuando juras que empezarás a limpiar el próximo fin de semana. sí o sí. Ya no puedes vivir así. Pero en el fondo, sabes que es como una promesa con los dedos cruzados: nunca sucederá.