El Papa Francisco dirige las Estaciones de la Cruz el Viernes Santo por la noche, al final de la cual se dirige a los fieles reunidos en el Coliseo Romano y les da una bendición apostólica.
El Vía Crucis se vuelve a celebrar en el Coliseo Romano después de dos años en la Plaza de San Pedro a causa del coronavirus. La decisión fue anunciada en marzo.
Este año, los textos de oraciones y meditaciones fueron elaborados por familias vinculadas a asociaciones católicas de voluntariado y asistencia. Las familias también soportarán los cruces entre las estaciones, según informó hace unas semanas Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano.
La decisión de centrarse en las familias es una celebración de cinco años de la exhortación apostólica de Amoris Laetitia.
Además, el Vaticano anunció esta semana que Rusia y Ucrania portarán la característica cruz de las celebraciones en una de las estaciones, decisión que ha provocado críticas de ambas naciones.
Antes de eso, la celebración de la Pasión del Señor estuvo presidida por el Sumo Pontífice. El cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la casa pontificia, enfatizó en su homilía que “Pascua significa tránsito”. “Solo hay una forma de escapar del flujo del tiempo: pasar a lo que no está sucediendo”, dijo a Vatican News.
El Jueves Santo, Francisco presidió la Santa Misa en el Vaticano. En su homilía, rechazó el “amor por las estadísticas” y pidió a los sacerdotes que se centren en el pueblo.
Después de la Misa, el Papa visitó la Cárcel de Civitavecchia, a 65 kilómetros del Vaticano, para lavar los pies a 12 hombres y mujeres de las casi 500 personas que habían estado privadas de libertad allí.
El Papa rechazó el “amor por las estadísticas” y pidió a los sacerdotes que se centren en el pueblo
El sábado, Bergoglio estará al frente de la Vigilia Pascual, y el domingo, tras la Misa del Día de la Resurrección, Urbi et Orbi pronunciará su mensaje desde la Basílica Vaticana, donde, como es habitual, abordará diversos temas mundiales.