Nuestro planeta, nuestra salud

La salud de nuestro planeta y nuestra salud están vinculadas Las decisiones de política social y económica deben dejar de apoyar la crisis climática y sanitaria, advierte el autor de esta columna

“La salud de nuestro planeta y nuestra salud están interconectadas. Las decisiones políticas, sociales y económicas ya no deben priorizar la crisis climática y sanitaria”, advierte el columnista.

Una de las lecciones más claras de estos años de pandemia del Covid 19 es que necesitamos unirnos para avanzar hacia un mundo más sostenible y justo en el que podamos garantizar el bienestar y la salud de todas las personas y comunidades.

Pero, ¿cómo podemos pensar en el bienestar de las personas sin mirar o considerar las condiciones del planeta que habitamos? ¿Podemos imaginar un mundo donde las decisiones se centren en la salud y el bienestar?

En medio de una pandemia, un planeta con altos niveles de contaminación y un aumento creciente de enfermedades, surgen muchas preguntas similares. Por eso el Día Mundial de la Salud nos llama a hacerlo este año centrarse en el vínculo entre la salud del planeta y nuestra salud.

El escenario es complicado. A pesar de los avances científicos, los avances en los servicios de salud, el desarrollo económico y las mejoras de las últimas décadas, el factor ambiental no se subestima como se debe, y las condiciones ambientales en las que vivimos tienen un impacto muy negativo sobre nosotros. Las temperaturas medias más altas se registran cada año.y cada vez más personas se ven afectadas por desastres, enfermedades sensibles al clima y otras afecciones médicas.

La Organización Mundial de la Salud estima que solo en la región de América del Norte y América del Sur, un millón de personas mueren prematuramente cada año debido a problemas atribuibles a riesgos ambientales conocidos y prevenibles. La Organización Mundial de la Salud estima que 13 millones de personas prevenibles en todo el mundo mueren cada año por causas ambientales, en particular la crisis climática, que es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad.

A pesar de todo, la imagen no es del todo negativa. Una pandemia nos da oportunidades. Nos muestra lo importante que es poder responder a la crisis. Todos los indicadores muestran que las crisis provocadas por factores climáticos se profundizarán en los próximos años y que es por ello que es necesario construir sistemas de salud resilientes y equitativos, que se adapten a las necesidades de las personas y puedan operar en situaciones críticas.

También sabemos, lo hemos visto a lo largo del tiempo, que abordar estos problemas no es responsabilidad exclusiva de un sector, sino requiere una respuesta integral que incluya el liderazgo de todos los sectores.

La salud de nuestro planeta y nuestra salud están interrelacionadas. Las decisiones políticas, sociales y económicas ya no deben respaldar la crisis climática y sanitaria. Es necesario garantizar el bienestar humano, la justicia y la sostenibilidad ambiental.

Necesitamos traducir estos propósitos en políticas e inversiones a largo plazo, presupuestos de bienestar, protección social y estrategias legales y fiscales.

Podemos construir un mundo donde haya aire limpio, agua potable y tengamos una higiene adecuada. Un mundo en cuyas ciudades se pueda vivir y cuyas economías sean resilientes al clima y saludables y saludables. Y sobre todo, un mundo en el que todas las personas, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad, puedan vivir más, ser más felices y prosperar.

“La salud de nuestro planeta y nuestra salud están interconectadas. Las decisiones políticas, sociales y económicas ya no deben priorizar la crisis climática y sanitaria”, advierte el columnista.
Nuestro planeta, nuestra salud

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